Innovar es generar cambios. Introducir cosas nuevas y
renovar, refrescar un contexto.
Cualquier innovación introduce novedades que provocan
cambios; esos cambios pueden ser drásticos (se deja de hacer las cosas como se
hacían antes para hacerlas de otra forma) o progresivos (se hacen de forma
parecida pero introduciendo alguna novedad); en cualquier caso el cambio
siempre mejora lo cambiado; es decir, la innovación sirve para mejorar algo.
Hablando de innovación en la educación entendemos al
conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizados, mediante
los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas
educativas vigentes. La innovación no es una actividad puntual sino un proceso,
un largo viaje o trayecto que se detiene a contemplar la vida en las aulas. Su
propósito es alterar la realidad vigente, modificando concepciones y actitudes,
alterando métodos e intervenciones y mejorando o transformando, según los
casos, los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Innovar en la educación es un gran reto que nos propone una
sociedad cambiante y con necesidades diferente de adquirir el conocimiento.
Para partir de un aprendizaje individualizado y llegar al
comunitario nos lleva a visualizar a los alumnos como seres únicos, con
contextos individuales de vida que influye directamente en la forma de adquirir
el conocimiento, es ahí, en donde no podemos generar estrategias de enseñanza
generalizadas ya que los alumnos tienen formas individuales de aprender, sin
embargo no podemos aislarlos ya que éstos se integran a grupos de personas con
las cuales interactúan para compartir aprendizajes, lo cual es benéfico, ya que
se ha comprobado que al compartir y poner en común
la variedad de talentos se desarrolla el pensamiento
reflexivo lo que los lleva aprender a pensar críticamente e incorporar el
aprendizaje a su vida de manera significativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario